Comunidad Diversa, grupo de manos de personas
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¿Aceptas el desafío de la diversidad?

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Conoce nuestra

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Actualmente muchas personas se mueven de un continente a otro, algunos como turistas, pero muchos más como migrantes en contra de su voluntad, obligados por las difíciles circunstancias de sus propios países.
Por ello es muy habitual que en un mismo barrio vivan puerta con puerta personas procedentes del norte de África, españoles, personas de etnia gitana, franceses, asiáticos, etc.
Es cierto que no es un fenómeno nuevo: se han mantenido estrechas relaciones entre continentes a través de los siglos. Pero en la actualidad son muchas las personas que con diferentes bagajes culturales conviven en una misma sociedad.
El incremento de la información y de la movilidad, por una parte, y las injustas circunstancias económicas y políticas, por otra, contribuyen a los movimientos migratorios entre muchos países.
Por esta razón te proponemos un ejercicio de reflexión, para que a través de las siguientes imágenes consideres si en realidad nuestros modos de convivencia son los más adecuados, y mucho más cuando nos encontramos con las diferencias culturales o los estereotipos fundados en desconocimiento y banalizaciones.

*Haz clic en cada imagen para descubrir su contenido

¿Es así como queremos relacionarnos?

En nuestra sociedad actual, pluralista y multicultural, la incertidumbre crece. No tenemos claros nuestros referentes culturales tradicionales y nos sentimos amenazados por el incremento de la diversidad que cuestiona nuestra identidad.

¿A qué referente de nación, territorio, creencia, ideología pertenecemos? Los límites se desvanecen y el miedo hace que proliferen los grupos ideológicamente cerrados y rígidos en los que la responsabilidad individual y colectiva se delega en “líderes fuertes”.

Por ello debemos observar las diferencias y los puntos de encuentro desde una óptica más amplia que permita consensuar un modo de convivencia enriquecedor.

¿Es esta una forma de convivencia?

El interés de pertenecer a un grupo específico, claramente definido, gana frente a un entendimiento global poco claro y complejo.

Queremos pertenecer a la parte más fuerte de la sociedad, que nuestros patrones culturales coincidan con los de la mayoría. Estamos hartos de este mundo diverso en el existen tantas diferencias.

Surgen nuevos conflictos o se reavivan los antiguos, las pertenencias étnicas o religiosas se convierten en terribles razones para la guerra y la violencia entre países y regiones, o en el interior de ellos. ¿Cómo no caer en estas fórmulas que solo conducen a la separación y el enfrentamiento sin dar oportunidad al diálogo?

Es esencial reconocer que no hay razones suficientes para negar que, la diversidad de pensamientos y culturas, son los elementos primordiales que han enriquecido a las sociedades y sus desarrollos socioeconómicos.

¿Queremos relacionarnos desde el enfrentamiento?

Se habla de “choque de civilizaciones”, de “guerra de las culturas”, pero este argumento no es suficiente para poner una barrera a la diversidad.

Los derechos humanos han sido vulnerados permanentemente a lo largo de la historia y en la actualidad. En parte, porque no se respeta la diversidad sobre la base de la igualdad, y también porque las mayorías siempre han utilizado su poder sobre los grupos sociales minoritarios. ¿Podrán alguna vez ser los derechos de tod@s considerados como la norma? ¿Cómo podemos ser parte de este cambio?

¿Son las diferencias nuestra única referencia?

¿Conseguiremos que el reconocimiento de la diversidad cultural nos lleve a una convivencia pacífica y enriquecedora?

El efecto de un fenómeno como la globalización, es una oportunidad para encontrarnos a nosotros mismos; bien a través del encuentro con la diferencia, como a través de la comprensión, sin herirnos y amenazarnos los unos a los otros.

Una nueva mirada sobre la diversidad es necesaria para que podamos entender que el mundo es lo suficientemente grande para todo tipo de expresiones culturales.

¿Encontraremos otro modo de relacionarnos?

No hay duda de que nos encontramos en un marco común de interdependencia, de una complejidad planetaria que va mucho más allá de nuestras fronteras. La política entra en contacto con la cultura, la cultura con la economía, la religión con las tradiciones.

Todos estos temas son cuestiones esenciales para cada uno de nosotros. Y es posible que no siempre haya una única respuesta. ¿Cómo podemos construir un mejor mundo en el que vivir? Apuesta por la convivencia y el aprendizaje intercultural, dale una oportunidad a la diversidad social que nos rodea.

¿Existen muchos más puntos en común?

La convivencia intercultural es una apuesta por construir relaciones basadas en el encuentro, el diálogo, el respeto, y el aprendizaje mutuo entre las distintas culturas presentes en una sociedad.

Principalmente, consiste en un acercamiento a personas de otras culturas, desde el respeto mutuo a las diferencias y en el reconocimiento de nuestra igualdad. De esta forma podremos construir, escuchar, responder, ser escuchado, preguntar, ser preguntado, debatir; y por último, convivir en armonía.

¿Habrá otra manera de compartir?

Si bien es cierto que la convivencia intercultural está llena de oportunidades, es importante tener en cuenta que no está exenta de dificultades y retos que afrontar.

Las relaciones interculturales pueden provocar conflictos, tensiones, choques, y es necesario aprender a escuchar, dialogar y empatizar. El aprendizaje de aceptar nuestras diferencias e integrarlas, es una tarea que debemos cultivar desde muy jóvenes y durante toda nuestra existencia.

¿Y tú? Aceptas el desafío de la diversidad

Es hora de encontrar las formas de aceptación de las diferencias culturales y vivir pacíficamente con ellas. Debemos reconocer que, en el medio de este encuentro, hay muchos intereses políticos y económicos que contribuyen a crear divisiones entre las personas de distinta etnia, religión o cultura; con el propósito de generar conflictos, redistribuir el poder político y social, y demarcar las nuevas líneas de los territorios.

En la cotidianeidad individual es común que aun viviendo y frecuentando los mismos lugares, las personas no se conozcan en realidad y actúen en base a estereotipos -con frecuencia desfavorables- basados en generalizaciones sin tener en cuenta la individualidad de cada persona. Es el momento de cambiar y enfrentar la diversidad como una oportunidad. No dejes que conceptos como la segregación, el racismo y la exclusión marquen tu discurso.

La diversidad no cambia a la sociedad

Este ejercicio de reflexión hace parte del proyecto #ComunidadDiversa. Una iniciativa impulsada por Diaconía España, en la que a través de una serie de actividades buscamos favorecer la convivencia, la educación y la formación en la mediación intercultural.

El principal objetivo consiste en favorecer la inclusión social de las nuevas minorías sociales y enriquecer nuestro conocimiento sobre la diversidad y sus oportunidades para el desarrollo común.