Plataformas que enmascaran la trata
El mercado de la pornografía disfraza de ‘empoderamiento femenino’ las nuevas plataformas de explotación sexual. Sitios tan conocidos como Onlyfans facilitan la explotación sexual de mujeres y niñas y son un caldo de cultivo para la trata. El cuerpo de las mujeres, como mercancía, queda a un solo ‘click’ de la demanda sexual.
Las nuevas plataformas digitales y el uso de internet están cambiando la forma que tenemos de ver la explotación sexual. No debemos olvidar que, aunque la prostitución sigue existiendo en la calle, en clubs o prostíbulos, el nuevo paradigma sitúa muchos casos de explotación sexual en entornos digitales y en redes sociales.
Diversos estudios reflejan que durante el periodo de confinamiento a causa de la Covid-19, ha crecido fenómenos como “camgirls” en el que las personas –en su mayoría mujeres- transmiten vídeos de contenido sexual en tiempo real utilizando una cámara web. Contenidos que en un buen porcentaje están generados a través de amenazas, sufrimiento y engaño.
Estas plataformas son una nueva forma de lavar y enmascarar la prostitución como anteriormente la concebíamos, y camuflarla bajo un eslogan de modernidad. Pero debemos saber que detrás de estos mensajes atrayentes, en numerosas ocasiones, existen mafias proxenetas y redes de trata que se lucran de la vida de miles de mujeres y niñas con total impunidad.
¿Y qué podemos hacer?
Por todos estos motivos, es imprescindible que la sociedad no disfrace la explotación sexual y la trata de personas como formas de empoderamiento y libertad. Debemos ser conscientes de los peligros que se dan en el marco de las nuevas tecnologías y concienciar a nuestro entorno para que dejen de consumirlas. Solo de esta forma contribuiremos con el fin de la trata y la explotación sexual.
La igualdad de género pasa por la erradicación de la trata, la explotación sexual y otros tipos de discriminación hacia las mujeres y las niñas. Alcanzar esta meta es condición indispensable para lograr el desarrollo sostenible mundial y un principio fundamental de la Agenda 2030, a la que nuestro país se ha comprometido. El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 5 recuerda a los gobiernos, a los Estados y a la sociedad civil que, para lograr la igualdad de género real, es imprescindible erradicar la violencia y la discriminación contra niñas y mujeres en el ámbito público y privado.