La situación de las mujeres y la intervención de las entidades de la Red #ROMPELACADENA
Sobre el estudio #ROMPELACADENA
La pandemia del nuevo coronavirus ha dejado al mundo inmerso en una situación sin precedentes, provocando una crisis social y económica que está poniendo a prueba los sistemas de protección de nuestras sociedades. En este contexto, la situación de las mujeres víctimas de trata, víctimas de explotación sexual y en contextos de prostitución, así como la de las mujeres supervivientes atendidas en recursos especializados, ha sido especialmente compleja desde que estallara la crisis sanitaria de la Covid-19.
¡DESCARGA EL ESTUDIO COMPLETO!
Diaconía, como entidad especializada en la asistencia integral a víctimas y supervivientes de la trata, en colaboración con el resto de entidades que forman la red #ROMPELACADENA, hemos realizado un estudio que pretende poner de relieve cuál ha sido la dimensión del impacto de la pandemia en la vida de estas mujeres, así como analizar las respuestas institucionales y de la sociedad civil en España. Estas cuestiones, contextualizadas en el marco de las recomendaciones realizadas por diversos organismos internacionales (OSCE, UNODC, ONU-Mujeres, GRETA, etc) nos ha llevado a interesantes conclusiones que queremos compartir en el documento que publicamos a continuación.
La metodología de la investigación fue cualitativa, en base a la realización de 12 entrevistas semiestructuradas basadas en la experiencia de atención a 911 mujeres entre marzo y octubre de 2020, y en la realización de 14243 actuaciones relacionadas con la materia que nos ocupa.
Si algo podemos constatar, es que la trata y la explotación sexual no ha cesado en ningún momento durante el Estado de Alarma, más bien se ha trasladado y provocado que las víctimas hayan quedado más invisibilizadas, y los tratantes, proxenetas o explotadores, más impunes.
Durante el periodo de confinamiento las mujeres víctimas de trata, víctimas de explotación sexual o en contextos de prostitución quedaron en una situación extrema, sin ningún tipo de ingreso, ni recursos para costearse otros productos de primera necesidad. Esto junto a otras realidades de vulnerabilidad sobrevenida, ha provocado que muchas mujeres hayan tenido que aceptar la explotación como método de supervivencia.
“En el confinamiento, los clubes han seguido funcionando, abiertamente, transmitiendo en redes sociales”. (Entrevista 10).
“Mujeres nuevas, que jamás habían ejercido, y mujeres que habían dejado la prostitución y han vuelto. Tenemos el caso de una mujer que consiguió un trabajo y por la pandemia lo ha perdido y ha tenido que volver, no es lo que quería”. (Entrevista 5).