Trabajos forzados, mujeres que son secuestradas y utilizadas como esclavas sexuales o menores de edad reclutados como soldados para combatir contra el enemigo, son solo algunos de los ejemplos de trata de personas que se dan en contextos de conflictos armados y guerras. Según diversos estudios, existe una estrecha relación entre el aumento de casos de violación, trata de personas y explotación sexual con los conflictos armados y las guerras.
Los militantes usan la trata de personas para ganar dinero y reforzar su control en áreas en las que el Estado de derecho es débil o inexistente. Por ejemplo, a través de la extorsión a las familias de la víctima de explotación sexual u ofreciendo esclavas sexuales a nuevos combatientes como táctica para reclutarlos.
“La trata está conectada con la mayoría de los conflictos armados”, aseguró Yury Fedotox, el director ejecutivo de UNODC (Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito). “En situaciones caracterizadas por la violencia, la brutalidad y la coacción, los tratantes pueden operar con todavía mayor impunidad”.
Trata de personas en Ucrania antes de la guerra
Según el Instituto de Estudios Sociales de Ucrania, en 2011 había 50.000 mujeres prostituidas y una de cada seis era menor de edad. Para muchas mujeres, la prostitución se ha convertido en la única fuente de ingresos.
Asimismo, de las víctimas de trata, el 80% estaban desempleadas antes de salir de Ucrania. Esta situación de vulnerabilidad económica es aprovechada por los proxenetas para reclutar a mujeres ucranianas y captarlas para la prostitución.
La situación respecto a la trata de menores en Ucrania no es mucho mejor, durante el año 2018 la OIM ucraniana (Organización Internacional para las Migraciones), identificó y asistió a 86 niños que habían sido víctimas de trabajos forzosos y explotación sexual. Estos menores habían sido forzados a mendigar o fueron explotados a realizar actividades delictivas. También se encontraban quienes tenían una situación de vulnerabilidad y que se encontraban en alto riesgo de ser envueltos en redes de trata.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible establece un marco para la prevención de la trata de personas en conflictos y una meta concreta para el objetivo 16.2 que establezca poner fin a la trata de personas y promocionar entornos de paz y justicia, una situación que en estos momentos no se está manifestando en Ucrania.
La prevención en los entornos afectados por conflictos que se refleja en la Agenda 2030, también pasa por adoptar medidas que reduzcan la vulnerabilidad de los colectivos más afectados por el conflicto con acceso a medios de vida y oportunidades y adoptando medidas para combatir la violencia sexual, por razón de género y otras formas de discriminación.
Un ejemplo de ello es desplazar a equipos expertos en trata de personas que determinen cuáles son los riesgos que existen para las personas que se ven obligadas a huir de un conflicto o quienes están atrapados en sus países a causa de ellos.
Para que la prevención sea eficaz, es preciso que se lleven a cabo medidas contra la trata mucho antes del comienzo de un conflicto. Aun cuando no se hayan confirmado casos de trata, es preciso determinar los riesgos reales y probables para hacerles frente.
Muchos de los menores que fueron entrevistados por la OIM ucraniana se encontraban huérfanos en riesgo que estaban viviendo con familias adoptivas o bajo el cuidado de entidades estatales, jóvenes sin hogar o niños con conflictos legales. También se incluyeron a quienes fueron desplazados por conflictos y a los hijos e hijas de migrantes laborales.
Entre los encuestados, el 96% de los jóvenes de 14 a 20 años, detenidos en centros penitenciarios, dijeron que estaban dispuestos a aceptar al menos una propuesta que podría conducir a la trata de personas, con altas tasas también entre los niños registrados en centros de libertad condicional juvenil (86%) y los niños sin hogar (81 %). Esas propuestas incluían aceptar trabajos sin un contrato adecuado en una región desconocida, aceptar trabajos sospechosos o ilegales bien remunerados, visitar la casa o el vehículo de un extraño, o pedir prestado una gran suma de dinero.
Los datos expuestos ponen de manifiesto la situación de vulnerabilidad por la que ya atravesaban muchas personas en Ucrania y que, a causa del conflicto, pueden incrementarse aún más.
Ucrania en la actualidad
Si algo dejan las guerras, además de muerte y destrucción, son personas que tratan de huir para salvar sus vidas y las de sus familias después de perderlo todo.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) calcula que unas 500.000 personas han huido de Ucrania a los países vecinos. Tras el estallido de la guerra entre Ucrania y Rusia, un total de 281.000 han cruzado a Polonia, donde muchos describen su dolor e incertidumbre tras escapar, y también hay miles de llegadas a Hungría y Eslovaquia.
Además, ACNUR calcula que, dentro del país, hay más de 100.000 nuevos desplazados internos. Esta situación de flujos migratorios dentro y fuera del país, son caldo de cultivo para redes de trata de personas y proxenetas que se aprovechan de esta situación de vulnerabilidad y captan a personas que huyen de las zonas de conflicto.
Mujeres y niñas, los colectivos más afectados
Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, el 71% de las víctimas de trata de personas son mujeres y niñas. Este número es aún mayor en los casos de trata de personas con fines de explotación sexual.
Según el documento, las mujeres y jóvenes refugiadas que se han visto desplazadas dentro de un país y se encuentran en zonas controladas por grupos armados o terroristas, son particularmente vulnerables a la violencia sexual, incluida la esclavitud sexual.
La violencia sexual relacionada con los conflictos comprende cualquier forma de violencia sexual contra mujeres, niñas o niños que guarde relación directa o indirecta con un conflicto. De la misma forma, la situación que viven las personas que ya eran víctimas de trata antes del conflicto también se agudiza a causa de este.
La escasez de denuncias en conflictos armados
Uno de los problemas más extendidos en los países que se encuentran en conflicto armado, es la falta de denuncias ante los crímenes que allí se comenten. Las personas que denuncian haber sido víctimas de trata en guerras son solo la punta del iceberg.
El miedo, el estigma social y el temor a represalias, son algunos de los motivos por los que muchas personas supervivientes de trata en conflictos no denuncian este tipo de violencia. Según Naciones Unidas, los profesionales sobre el terreno estiman que, por cada violación denunciada en relación a un conflicto, hay entre 10 y 20 casos que quedan sin documentar.
Conforme al Protocolo contra la Trata de Personas y otras normas aplicables del derecho internacional, las víctimas tienen el mismo derecho a recibir protección y asistencia en situaciones de conflicto que en otras circunstancias. Sin embargo, la realidad es que en los conflictos se reduce drásticamente la capacidad de un Estado para cumplir con sus obligaciones en materia de protección y asistencia a víctimas de trata. Esta situación de desamparo pone en valor la labor que pueden realizar organismos como las Naciones Unidas u otras entidades de la sociedad civil para suplir esa carencia de protección y asistencia.
Trata de personas en conflictos armados y la Agenda 2030
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible establece un marco para la prevención de la trata de personas en conflictos y una meta concreta para el objetivo 16.2 que establezca poner fin a la trata de personas y promocionar entornos de paz y justicia, una situación que en estos momentos no se está manifestando en Ucrania.
La prevención en los entornos afectados por conflictos que se refleja en la Agenda 2030, también pasa por adoptar medidas que reduzcan la vulnerabilidad de los colectivos más afectados por el conflicto con acceso a medios de vida y oportunidades y adoptando medidas para combatir la violencia sexual, por razón de género y otras formas de discriminación.
Un ejemplo de ello es desplazar a equipos expertos en trata de personas que determinen cuáles son los riesgos que existen para las personas que se ven obligadas a huir de un conflicto o quienes están atrapados en sus países a causa de ellos.
Para que la prevención sea eficaz, es preciso que se lleven a cabo medidas contra la trata mucho antes del comienzo de un conflicto. Aun cuando no se hayan confirmado casos de trata, es preciso determinar los riesgos reales y probables para hacerles frente.