El pasado 4 de septiembre Diaconía España realizó un Conversatorio sobre “Suicidio y Vulnerabilidad Social: una mirada desde la prevención, intervención y postvención”.
Coincidiendo con el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se conmemora el próximo 10 de septiembre, Diaconía España -desde el Área de Urgencia Social y en el marco del Proyecto Zoé– quiso dar voz a personas expertas y autorizadas en este problema.
El evento se llevó a cabo con diferentes ponencias de psicólogos/as profesionales pertenecientes a la Red Nacional de Prevención del Suicidio que lidera el grupo Psicólogos Princesa 81, como Pedro Martín-Barrajón, Rebeca Alcocer. Además de Luis Fernando López, psicólogo y psicoterapeuta, y Juana Romero, psicóloga de Diaconía España. También se contó con testimonios de personas supervivientes de suicidio, como Rosa Burguera y Miguel Lara (grupo musical SAL.150) y José Carlos Soto.
En esta ocasión, el foco se ubicó en distintos grupos socialmente vulnerables, como son las personas solicitantes de protección internacional, las personas migrantes, las mujeres víctimas de trata y sus menores, y las personas en riesgo de exclusión social.
En todos estos colectivos sociales coexisten factores de riesgo como ansiedad, duelo migratorio, miedo, pérdida de rol, sentimiento de fracaso, desesperanza, ausencia de apoyo social (soledad y aislamiento), violencias, acontecimientos traumáticos y pobreza.
«Si ya de por sí el suicidio es un fenómeno tabú, todavía se invisibiliza más en la población socialmente vulnerable «, indicó Esteban Buch, Coordinador General de Diaconía España. “La precariedad laboral, el sinhogarismo, la discriminación, etc.… son factores que agudizan estas situaciones. En ocasiones, parece que se asumen o no se detectan o se ocultan, pero están delante de nuestros ojos constantemente”. Además, deja como conclusión “de todos los suicidios que ocurrieron el año pasado, ¿cuántos de estos han tenido relación directa con las situaciones de vulnerabilidad? ¿Están todos los casos recogidos en las cifras oficiales o éstas serán aún mayores?”.
En nuestro país, pierden la vida por suicidio una media de 11 personas al día. Y cada año son más de 80.000 las personas que lo intentan. En los últimos cinco años, las tasas de suicidio en España ascendieron un 13.62%, lo que supuso 4.097 casos de suicidio en 2022, según el análisis de los datos publicados por el INE.
A pesar de estas cifras, seguimos sin un Plan Nacional que aúne una estrategia de actuación para hacer frente a esa problemática social. Luis Fernando López Martínez, psicólogo y psicoterapeuta, afirma que “el suicidio es una consecuencia de las relaciones líquidas de esta sociedad”. Por eso considera la importancia inicial de crear un plan en conjunto con la persona paciente. De esta forma generar medidas de seguridad personal, social e institucional. Además, “hay que dejar claro los medios de apoyo para saber si se cuenta con recursos o nos encontramos ante un caso de exclusión social”.
Diaconía España cree en la importancia de la comunicación y la sensibilización para abordar este grave problema, y lo hace desde la creación de un proyecto dedicado especialmente a la prevención del suicidio: el Proyecto Zoé (Zoé del griego “vida”).
Este proyecto se enfoca en la sensibilización en materia de prevención del suicidio, con especial relevancia entre los colectivos vulnerables con los que trabaja la entidad: personas migrantes, solicitantes de Protección Internacional, mujeres víctimas de trata y violencias, así como personas de colectivos minoritarios y en riesgo de exclusión social.
De la misma forma la Organización considera, firmemente, que todas las personas que forman la sociedad pueden ser agentes de prevención y de cambio. Por ello, apuesta por un abordaje interdisciplinar y que resalte la necesidad de trabajar por la prevención del suicidio desde el tercer sector.
Cristina Yebra, Coordinadora del Proyecto Zoé, resaltó que “es realmente importante concienciar a la población sobre la prevención del suicidio, ya que la prevención primaria e inmediata es puramente social”. Además, se debe tener en cuenta que, “el suicidio es un problema multicausal y multifactorial, por ello merece un abordaje integral y que tenga en cuenta todas sus facetas, desde un enfoque biopsicosocial”. “Al facilitar conocimiento y dotar de herramientas para la detección y el apoyo, podemos formar parte del cambio y hablar alto y claro acerca del suicidio, es el primer paso”, concluyó Cristina.
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